miércoles, noviembre 16, 2005

Copito y Piojos Blancos


Conocido es el mito popular que dice que la tristeza amarga se manifiesta en la cabeza, entre los bosques de fibras de cabello, con la aparición espontánea de una población multitudinaria de pequeños piojos blancos. Para que ellos desparezcan, no basta con bañar la cabeza en veneno, ni afeitarse la testa con prestobarba pues ellos sólo se irán cuando acabe la tristeza y el sol alumbre en la vida del doliente.

Copito, viviente piedra de Kaaba, tú eres el piojito blanco de nuestra sociedad, el latente testimonio de la tristeza del mundo. Tú nos recuerdas cada mañana al despertar que el mundo es un cuerpo inmenso que hay que cuidar y servir, amar y respetar.

Copito, siempre encerrado entre los límites de tu confinamiento, con la humildad que te caracteriza, pagando con tu albo color los infames errores de la humanidad. Queremos agradecerte por todo. Queremos darte la mano y decirte gracias de corazón. Gracias por tu sabiduría. Gracias por tu entendimiento. Gracias por dar tu amor a hombres y monos por igual, sin mirar a quién. Gracias por extender tus brazos y colgarte de una rama frente al mundo, como diciendo: "Mírame, yo soy un blanco mono desnudo ¿y tú?".

Gracias Copito. Muchas gracias.

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